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martes, 8 de enero de 2013

Capítulo 3: El iPhone

En esta mañana de sábado, Alfredo se levantó a eso de las 10:00 de la mañana. Pulcramente dobló las sábanas donde dormía y procedió a lavotearse, vistiéndose después con unos pantalones de chandals, unas zapatillas de deporte del mercadillo, una camiseta de la Casa de la Juventud de Córdoba y encima de todo una sudadera con la efigie de Rosa de Operación Triunfo. Con gesto depresivo se adentró poco a poco hasta el salón de su casa, donde su padre, de uniforme como siempre, aprovechaba la mañana desmontando y limpiando su colección de armas.

Soltó Don Estalisnao el MP28 Erma que tenía entre manos y se dirigió a su hijo.
-Como es sábado puedes comer bollería con el café
-Gracias padre
-¿Qué harás hoy?
-Voy a comprarme un iPhone
-Más mierdas de perroflauta en casa, joder.

Don Estalisnao montó el subfusil y pasó a trabajar en la Campogiro de su abuelo, mientras Alfredito se echaba medio sobre de azúcar en el café, guardando la otra mitad para gastar menos. Decidió comerse dos magdalenas y medio donut que había dejado su señor padre.

Tras apurar su desayuno se dispuso a abandonar su hogar despidiéndose de su señor padre. Estalisnao, antes de salir su retoño por la puerta lo examinó de arriba abajo, parándose en la sudadera de Rosa y torciendo el gesto con desesperación.

-Un día de estos te voy a llevar a que pegues unos tiros al campo, a ver si te vuelves menos marica.

Ya en la calle, Alfredo se dirigía hacia el nº 16 de la calle Curro Enriquez para adquirir su nuevo producto con la manzana, en la exclusiva y nueva tienda oficial de Apple. Mientras se desplazaba, soñaba con poder escuchar a Rosa, David Bisbal, Lady Gaga, Kate Perry, Los Caños, Héroes del Silencio a la vez que paseaba. En su inútil cabecita, se veía a si mismo poniendo imágenes de sus artistas favoritos de fondo de pantalla y pensaba en cual sería la funda que le pondría al móvil.

Alfredo caminaba de forma peculiar, con los brazos y las manitas para adelante, como si fuera un niño tonto de 5 años. Estaba absorto en sus pensamientos, aunque eso no le impedía estar pendiente de su cartera con los 700 euros que contenía.

Alfredo llevaba ahorrando mucho tiempo para ello. Mientras caminaba, recordaba todas las veces que golpeaba las máquinas expendedoras con tal de que cayese el objeto deseado y así no pagarlo. Recordaba como buscaba en la parte del cambio de las cabinas de teléfonos y más medidas ruines y rastreras. Como quedarse con el cambio de las vueltas, seguir a las viejecitas y coger el dinero que se les caía, revender cromos a los niños y demás prácticas miserables. Aunque su principal fuente de ingresos, era ejercer labores de canguro entre sus vecinos, práctica que empezaría a retomar en breves en Orense.

El iPhone era su primera alegría en su corazón deprimido, por fin tendría su producto de Apple maravilloso, admiraba a Steve Jobs, se sabía sus discursos de memoria, había leído sus biografías y lloró durante 3 días su muerte. Practicamente era las pocas aficiones en común que tenía con su madre.

Conforme entró al local, un simpático Hipster, con sendos dilatadores en cada oreja, camiseta de Amelié y chapitas de el Ché Guevara y de La Princesa Prometida le atendió.
-Hola buenas ¿que deseas?
-Quería el nuevo iPhone
-¿De cuantos gigas?
-De 16
El hipster torció el gesto al ver que era la opción más simple, Alfredo agachó la cabeza al no poder dejarse más de 700 euros en su amada Apple.
-También querría la funda y el protector.
-Aquí tienes muchachos.
-Muchas gracias señor. P..Por cie cierto... Querría llegar hasta 700 euros en iTunes.
-¡Toma chaval! Por cierto, aquí tienes un folleto para mi performance en el centro cultural de mi barrio donde hago una reflexión sobre el control encubierto de los Iluminatis de la población mundial, mediante una combinación de danzas africanas, esquimales y tirolesas.
-Muy interesante, hasta luego...

Tras marcharse de la tienda, guardó el folleto cuidadosamente en el bolsillo de su chaqueta. Se sentó en un banco y con mucho cuidado, mirando a los dos lados, para que no le roben su tesoro, empezó a gastarse los iTunes en canciones de Lady Gaga, Rosa de OT, Bustamante, Héroes del Silencio, Amaral, Mocedades, El Dúo Dinámico, Abba, las Spice Girls y los Backs Street Boys.

Tras rellenar la memoria de su cacharrito con su música favorita, emprendió camino a su hogar con el Europe Living a toda leche, seguido de Waterloo y por supuesto Monster. Agotado por la caminata, se metió en un Mercadona, donde compró una lata de bebida isotónica de marca Hacendado.

Tomó asiento en un parque bebiendo a sorbitos su refresco, absorto en la música y disfrutando de este leve momento de tranquilidad, cuando sintió que le daban una colleja. Afligido se giró a ver quien le había dado el golpe y vio a Úrsula sentada al lado de el, imponente, atlética y con su sonrisa de persona sobrada.
-¡Carapolla, que alegría verte aquí!
-Ho.. Hola, Ursula
-¿De dónde vienes?
-De comprar un iPhone.
-Pero si Samsung te vende lo mismo y más barato
-Pero no es de Steve Jobs
-Mira que eres pardillo

Avergonzado, agachó el rostro compungido. Úrsula ni corta ni perezosa le quitó un auricular y se lo puso en la oreja.

-¿Pero que mierda de música es esta?
-La que me gusta ¿quieres dejar de humillarme?
-Vale tronco perdona. En fin Carapolla, me alegro de verte.
Úrsula le dio un besito en la mejilla a Alfredo, le palmeó la espalda y se marchó
-¡Nos vemos el lunes Carapo.. digo Alfredo!
-Aaaa Adios.

Alfredo estaba rojo como un tomate y ciertamente turbado por el suceso. Con los ojos como platos se dirigió a su casa a esperas de ver en que tasca comía con su señor padre

sábado, 29 de diciembre de 2012

Felicitaciones a los Fans

Queridos muchachos y muchachas, desde Alfredo Cisne quiero felicitaros a todos las Navidades (y diversas festividades que hagáis) así como el Año Nuevo. Así mismo quiero proclamar vencedor del concurso de ilustración al señor Nicolás Castell. Muchísimas gracias a todos por participar en la votación para el concurso así como seguir el blog.

No os preocupéis por que haya estado parado, las Navidades son una época de trabajo para mi, así que no he tenido tiempo de plantear una historia para Alfredo, pero en breves estará de nuevo con vosotros.


VESITOS Y HAVRASOS

viernes, 21 de diciembre de 2012

FAG´S ART y declaración de intenciones.

Bueno muchachos y muchachas, esta es la famosa votación que estabais esperando. Y aquí se halla para que podáis elegir la imagen principal de Alfredo Cisne, nuestro atípico protagonista.

También quería aprovechar para hacer una pequeña declaración de intenciones. Alfredo es mi particular válvula de escape, uso su realismo mágico para reírme de la realidad. Si es cierto que esto es una parodia descarada de las famosas novelas romanticonas de terror que andan pululando por ahí. Pero como me considero una criatura cateto aberrante, estoy usando eso como vehículo, y la fórmula de cambiar el género de los sujetos principales de la obra original. Y oye parece que gusta.

Solo quiero aclarar que la única finalidad de esto es hacer reír, sobre todo a vosotros queridos lectores, quiero que os riáis y que lo disfrutéis. Todo en esta obra es esperpéntico, retorcido, macabro. Valle-Inclán y Quevedo me ilustran con su humor, y yo desde mi torpeza les brindo este pobre tributo a estos dos grandes de las letras hispanas. Espero que nadie se ofenda, pues todo satírico y humorístico y si te ofendes, ¡No haberlo leído!

Y aquí va el Fag´s Art. Ale espero que os guste, a votad mediante la encuesta.

Obra de Nicolás Castell

                                                               Obra de Inma Diéguez
                                                             Obra de Karime Lara.

                                                                   Obra de Esperanza Peinado.
                                                      Obra de Pablo Rodríguez de Castro.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Capítulo 2: El instituto.


El anodino Alfredo se acostó de lado esa noche, para no gastar sábanas. Tenía que asimilar todas las experiencias que había vivido en su tortuoso viaje. Se levantó y fue al cuarto de baño, se duchó con agua fría para endurecer el espíritu. Ya que era consejo de su padre, que además se dedicó a despertarlo con toques de corneta a las 5:45 de la mañana. A ritmo cuartelero le hizo asearse, ponerle un chándal y en medio de la bruma de la madrugada, ambos se pusieron a correr rodeados del frío habitual en el clima oceánico.

Conforme iban corriendo, Don Estalisnao aleccionaba a su hijo.
-El país se va a la mierda Alfredo, hay que estar preparado.
-Si padre
-Todo es culpa de los rojos, los ateos y los maricones
-Si padre.
En uno de los parques públicos, llegaron a la típica zona con instrumentos de gimnasia y al ritmo de el Cara al Sol, Estalisnao puso a Alfredo a hacer sus ejercicios hasta que acabó vomitando miserablemente.

-Estás amariconado Alfredo, levanta anda.
Con mucho esfuerzo y limpiándose con la manga la pota, Alfredo se levantó.
A eso de las 7 y media de la mañana desayunaron en un bar cercano a la casa, Casa el ángel. Donde tomaron churros con chocolate. El camarero le preguntó a Estalisnao.
-¿Con qué este es tu chaval, no?
-Sí
-Diría que está más grande, pero lo que está es más amariconao
- Y qué lo digas. Su madre que es una rojeras, mira como me lo tiene, que no es capaz de correr una hora seguida sin vomitar. Pero en fin chaval, que haremos un hombre de ti.
Tras eso le dio una colleja a Alfredo que aceptó con su resignación típica y mirada plenamente inexpresiva.


Finalmente con la carita descompuesta por el agotador esfuerzo, Alfredo entró en el instituto. Avanzó por los pasillos con total timidez y apocamiento. Llegó a su aula y allí esperó a que entrasen el resto de los estudiantes. Llegó el profesor de Lengua, Don Procopio Iniesta.
-Bien muchachos, aquí tenemos a Alfredo Cisne. Ha venido desde Córdoba y me gustaría que le dierais una cálida acogida.  Alfredo, chico, presentante.

-Hola, me me, lla, llamo Alfredo, soy de Córdoba. Y me me gusta leer y coleccionar fósiles y hojas.

Tras su escueta presentación, se sentó a recibir la clase.

Estando atento a los diversos usos del comentario de texto, se fijó en que estaba sentada justo delante de el,  la muchacha que le quitó el hipo el día anterior. Enmudeció y se le quedó mirando durante toda la clase, colorado como un tomate y nervioso. Cuando llegó el cambio de clase la muchacha se volvió y se dirigió a Alfredo.
-¿Qué coño miras, carapolla?
-Na na nada...
-Ah me creía, en fin, nuevo,  me llamo Úrsula Escandell

Pasó largo tiempo mirándolo examinándolo como un obeso mórbido examina su hamburguesa triple con queso.

-En fin carapolla, se como te llamas,  ya hablaremos.

Alfredo suspiró tras eso, había encontrado la perfección femenina, esa exuberante mujer, alta de pelo largo castaño, de porte atlético, dura y fuerte. Alfredo se acababa de enamorar. Pero Alfredo no sabía que Úrsula ocultaba un secreto.

Úrsula pertenecía a un clan secreto de vampiros ninjas, con poderes para leer la mente. Tenían debido a sus técnicas secretas, una larga longevidad.  A pesar de tener el aspecto de una hermosa y atlética adolescente, en realidad tenía 170 años, y en vez de perfeccionar en el conocimiento, en buscar una cura para el SIDA o el Cáncer. Se dedicaba repetir curso y a vacilar a pardillos. No obstante, no podía leer los pensamientos de Alfredo, y eso la dejaba tan perpleja como a la policía de Gotham frente a los crímenes del Joker.

El día acabó y cada uno fue a su casa, la neblina seguía extendiéndose por todo Orense. Finalmente Alfredo llegó a su casa, donde le esperaba una sopa de sobre y unas croquetas precocinadas findu. Tras rezar el padrenuestro y bendecir la mesa y empezar a comer, Alfredo se sinceró con su padre.

-Papá, me he enamorado.
-Ea, maricón confirmado, ¿será de un negro encima no?
-No, es de una mujer.
-Coño, por fin una alegría.

Y Estalisnao tras eso se sintió un poco más tranquilo.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Capítulo 1: Partida a Orense

Alfredo Cisne estaba turbado. Debía emprender un enorme viaje desde su Córdoba natal hasta Galicia, concretamente a Orense. Sus padres se habían divorciado debido al trabajo de su padre como Capitán de la Guardia Civil, y cumplía destino este hombre en la provincia de Orense. Como Alfredo era archipobre y protomiseria, optó en viajar en el ALSA, tragándose un viaje de más de 24 horas en autobús, con tal de ahorrarse los 100 euros que costaba el vuelo desde Sevilla a Santiago y luego allí coger un tren.

Alfredo era un señor simple, a sus 17 años, sus únicas aspiraciones vitales consistían en la lectura de grandes clásicos de la Literatura Universal. Suspiraba al leer como Don Quijote amaba a Dulcinea del Toboso, sonreía de forma estúpida cada vez que Robert Jordan le declaraba su amor a María. Su mayor aspiración en la vida era ser como aquellas mujeres de antaño, a las cuales volvían locos a los hombres y hacían que disputasen su amor.

No nos equivoquemos, Alfredo era heterosexual, le encantaban las mujeres, solamente que el disfrutaría y mucho asumiendo el clásico rol pasivo y machista que tenía la mujer. El sería feliz así.

El viaje a Orense transcurrió de forma tortuosa, durante el transcurso de este se le sentó a su lado una señora que mascaba queso de forma bastante sonora. Un gordo pedorro de 200 kilos que comía habichuelas desde una lata sin cocinar, un par de muchachos que disfrutaban con los preciosos ritmos caribeños que nos daba el mejor género musical sin excepción alguna, el Reggeton.

Pero Alfredo se sentía raro, en parte se alegraba de dejar el tedio de su Córdoba natal. Su madre, al comunicarle la decisión, simplemente le había puesto las maletas en la puerta y le respondió con un escueto:
-Así puedo meter a mis amantes en casa.

El se sentía disgustado con el comportamiento materno. No era el ejemplo femenino al que el esperaba llegar. Su madre, Margarita Pimentel era una mujer libre, trabajadora y sin complejos, dirigía cortos en su tiempo libre, daba clases de Ballet en el conservatorio, e incluso había publicado dos libros de fotografías de sus viajes por Europa y un juego de mesa. Y su hijo un mariposón pusilánime que debió haber nacido en el siglo XVII.

Tras el largo viaje, finalmente llegó a Orense, bajándose en la estación de autobuses y viendo el día gris y triste de aquella mañana de otoñal.

Frente a el, se encontraba recio como un roble su señor padre, el Capitán Estalisnao Cisne, un señor hecho y derecho, como Dios manda, católico, apostólico y romano. Miembro del muy honorable cuerpo de Guardia Civil.

Conforme vio a su retoño bajar del autobús y ver como era objeto de mofa de los dos muchachos aficionados a los ritmos caribeños, el Capitán simplemente les cruzó la cara a ambos a dos, gruñendo un escueto.
-Largo escoria.
Posteriormente se dirigió a su hijo.
-Alfredo, deja que te lleve las maletas, tu madre te ha amariconado, pero espero hacer de ti un hombre hecho y derecho y que sigas los pasos de nuestra familia al servicio del glorioso cuerpo creado por el duque de Ahumada.
-Papá, yo...
-¿Qué?
-Te quiero.
-Maricón.

Tras esta conversación ambos se montaron en el Land Rover de la Guardia Civil, conducido por el cabo Pascual. El cual amenizó el trayecto poniendo algo de los Iron Maiden, a lo que la respuesta de Estalisnao, fue sacar el CD del grupo británico y arrojarlo por la ventanilla.
-Pascual, la próxima vez que pongas esta mierda de perroflautas, te meto un paquete que te cagas ¿me has entendido?
-Si, mi capitán.

Alfredo soltó un suspiro, pensando que le gustaría tener a una mujer como su padre de compañera, iba a sugerir que quizás deberían escuchar algo de Lady Gaga. Pero su padre introdujo rapidamente un CD de su cosecha con diversos cantos patrióticos del Coro de la Brigada Paracaidista.

Finalmente y con un perturbante silencio de fondo, acabaron llegando al pisito austero donde vivía el capitán Estalisnao Cisne. Tenía una pequeña cocina que funcionaba con gas, un termo para calentar el agua, que no se solía usar, ya que según el capitán Cisne, el agua fria enaltecía el espíritu y mataba las bajas pasiones del alma. Disponía de un salón adornado con varias armas en postes, varias escopetas de caza, varios fusiles de tiro deportivo, y una colección de armas de la Guerra Civil, así como todo tipo de parafernalia nacionacatolicista. Disponía a su vez de un escueto dormitorio donde solo había una imagen del sagrado corazón de Jesús y una bandera de España con pollito incluido. El cuarto donde se alojaría Alfredo, eran unas tristes 4 paredes blancas con una pequeña cama con un escueto juego de cama, y una estantería, sonrió tristemente al ver que su padre se había acordado a su afición literaria.

El se puso a ordenar sus cosas, colocando el póster que traía de la cinta Por quien doblan las campanas. Y sonrió imaginando que el era María, y que Lara Croft era Robert Jordan. Se alegraba de saber que su padre era un analfaburro completo, pues temía la reacción de este al descubrir que los protagonistas de su novela/película favorita eran unos rojos de mierda. Pero se alegró del profundo desinterés hacia la cultura en general y la literatura estadounidense en particular que sentía su padre.

Tras colocar sus escuetas pertenencias, fue con su padre a recoger a correos las pertenencias que se había autoenviádo. Como era un tacaño rata, por tal de ahorrarse los 20 euros que costaba que se las dejasen a su casa, prefirió cargar con todos los bártulos a lomo, y estando profundamente cansado al respecto. El quería echarse a dormir, no obstante fue a comer con su padre un buen potaje como Dios manda en uno de los bares de la ciudad. El día de mañana sería duro, tendría que ir al instituto y adaptarse a su nueva vida en la ciudad.

Mientras comía con su padre en una conversación que transcurría entre monosílabos. Alfredo se fijó en la mirada de una atractiva muchacha, castaña, exuberante que caminaba decidida por la acera con un macuto a cuestas. Ella le miró y le sonrió. Y algo en ella, al dedicarle una sonrisa al anodino Alfredo, algo en su interior se turbó...